viernes, 6 de febrero de 2009

8 de Mayo de 2024

“El calendario fechaba en el 8 de Mayo del 2024. Era temprano… serían alrededor de las 6 de la mañana. Cualquiera hubiera dicho que no era más que un domingo cualquiera, cualquiera que no fuese cuervo. Esa noche se me había echo imposible dormir…miles de recuerdos pasaban por mis ojos como una película. Recuerdos felices, como aquel 4-0 a Boca por la Libertadores en Semifinales, Copa en la que ese mismo año nos coronaríamos campeones. Otros recuerdos no tan alegres, como aquel 1-7 con el mismo Boca, con mi viejo. Es imposible decir esto sin que se me cruce una lágrima, discúlpenme. Bueno prosigo con la historia.De tanto recordar mi café ya estaba helado y cuando mire el reloj ya eran las 7. Tomé un pequeño álbum que guardaba debajo de mi cama y empecé a observarlo, mientras me sorprendía el simple hecho de cómo una sola foto puede encerrar todo un momento. Pasando las hojas con una extraña serenidad. Cuantos recuerdos, cuantos momentos vividos. Uno de ellos… la primera vez que fuimos con mi viejo a la cancha. Que tiempos aquellos! Yo con mis 4 años no tenía ni la menor idea de lo que estaba pasando, pero al mismo tiempo sabia que eso me iba a marcar de por vida. Yo fascinado mientras una lluvia de papelitos me bañaba. Y luego los juntaba y volvía a tirar, lo recuerdo como si fuese ayer. Y mirando a la popular extrañado por el espectáculo que estaba presenciando.Pasé la página. Y ahí estaba, probablemente uno de los momentos mas felices de mi vida. El nacimiento de Ezequiel… Foto más emocionante no creo que conserve, así como no creo que exista momento en mi vida tan emocionante. Y lo más emotivo, verlo con la pequeña camiseta de San Lorenzo. Pero no cualquier camiseta. Era una reliquia, esa camiseta que yo había tenido a su misma edad. Y ahora pasaba a ser patrimonio de él. Y en los brazos de ella, siempre tan especial…Que lindo es recordar eh. En ese instante volví a voltear la cabeza hacia el reloj ubicado por encima de la heladera. 7:45. En ese instante me levante de la mesa, lavé mi taza con el café que apenas había podido degustar. Quise dejar dormir un rato más a Eze, pero mi ansiedad fue más fuerte. “Hoy es el día”, le dije con voz suave pero un tanto grave. Él sabía a que me refería, hoy sería el día en que el Pedro Bidegain, escenario de todas mis alegrías, fuera destruido. Y así volver al barrio de Boedo que la gente tanto añoraba. Barrio en el cuál nació el ciclón.Si hay algo que nunca pude hacer fue conocer el primer y único Viejo Gasómetro. Pero tuve la posibilidad de escuchar anécdotas de grandes hombres quienes me contaron todo lo que hasta el dia de hoy se sobre el estadio ubicado en Avenida La Plata. Y sí, era el día. Ese día que todos esperaban con ansiedad. San Lorenzo iba a volver por fin a su Barrio que lo vio nacer. A medida que me iba cambiando recordaba esas tardes en el Nuevo Gasómetro en la década del 2000 entonando un hermoso y emotivo: “Vamos a volver, a volver, a volver vamos a volver… ohhh vamos a volver” Sí, ese sueño que todos habíamos tenido durante tantos años se hacía realidad. Y allí recordé voces amigas, voces de las cuales varias ya no se encontraban junto a mí. Palabras de aliento que coincidían siempre en lo mismo. Era un cálido comentario que decía… “Quedate tranquilo Tommy, un día vamos a volver, y cuando ese día llegue, te acordaras de mi más que nunca” Ya vestido encaré para la cocina, pasando por el cuarto de mi hijo para ver como iba. Volví a mirar el calendario, pero esta vez había notado algo que había dejado pasar. “Sí! No sé como pude olvidarlo!” pensé… Es que ahora que miraba la fecha decía 8 de Mayo del 2024. 8 de Mayo... del 2006… 2007…2008. “Sí del 2008” dije con una sonrisa enorme. Y me puse a reflexionar… “8 de Mayo del 2008, el Glorioso San Lorenzo eliminaba al River conducido por Simeone por la Copa Libertadores. Se producía aquel histórico partido mejor recordado como “El Monumentalazo”. Aquel partido en el que San Lorenzo jugaba con 9 jugadores por las expulsiones de Rivero y Bottinelli, y como si esto fuera poco perdía por dos goles. Sí, el marcador iba 2-0 a favor de los locales. Pero alli apareció el gran Gonzalo “Lavandina” Bergessio marcando en dos oportunidades (69’ y 73’) otorgándole la victoria al Ciclón de Boedo y quedando en la historia. Sí, hoy se cumplen 14 años de aquella maravillosa hazaña.”Fue en ese momento cuando mi hijo me interrumpió cuando yo estaba al borde del llanto. Le di un fuerte abrazo mientras él me preguntaba si estaba mal, a lo que yo le respondí, “No, estoy demasiado bien”. No creo que se haya dado cuenta el motivo de mi “casi llanto”. Y no lo podría haber culpado de eso. Es que el no vivió lo que yo tuve la suerte de ver. El no tuvo la fortuna de haber visto ese memorable partido. Pero creo que lo asfixie con tantas historias sobre ese día, je.Pero bueno entre idas y vueltas se habían echo las 9 y media. Le dejé el desayuno preparado a Ezequiel mientras iba a ver como iba mi mujer. Creí que con tanto movimiento la había despertado, y así fue. La salude suavemente, y le avisé que con Eze nos íbamos a dar una vuelta por el barrio y más tarde a comer. Y que volveríamos tarde.Esperé tranquilo a que mi chico terminara de tomar su jugo y luego salimos cerrando la puerta con cuidado y como si tuviéramos temor de lo que fuese a pasar. Salimos caminando, hicimos unas cuadras que parecían eternas hasta doblar a la derecha por Avenida La Plata. 1400… 1500… 1600… 1700… 1782. Habíamos llegado a nuestro destino. Miré a mi hijo con una mirada penetrante y un tanto escalofriante y le dije “¿Qué es esto?” A lo que él, un tanto incomodado por la pregunta me respondió, “¿Cómo que no sabes que es esto papi? Es el estadio de San Lorenzo, el Gasómetro de Boedo”Nos sentamos en la vereda observando el glorioso estadio. Y me encontré con la necesidad de contarle la historia de que había sucedido con este tan querido estadio. Pero esta vez la historia sería más completa y emotiva que nunca. Le conté sobre aquel viejo descenso y la venta de el Viejo Gasómetro de Avenida La Plata. Si, la pérdida del territorio donde estábamos sentados. Y que en ese mismo lugar hace no muchos años había un supermercado… Sí, ¡un supermercado! El maldito Carrefour. Y nos costó tanto pero tanto volver a recuperarlo… Quién hubiera esperado que termináramos llorando en las puertas del Gasómetro, mezclando nuestras lágrimas.Nos pusimos de pie y fuimos a una pequeña parrilla por la zona. No acostumbraba a comer temprano, pero ese día todo era más raro que de costumbre. Ordenamos la comida y empezamos a comer. Pero tanto llanto me había quitado el apetito. Sólo le robe algún que otro pedacito de asado a mi hijo, pero no más. Estuve todo el almuerzo callado y Eze también. Creo que él sabía por la situación que estaba pasando y no quería decir nada por miedo quizás. Cada dos por tres volteaba la cabeza para observar la hora. El gran compromiso era a las 4:00, y todavía no eran ni las 2. Esa ansiedad me estaba matando, así que no encontré mas remedio que charlar con mi hijo sobre como le había ido para despabilarme un poco. Allí empezó a hablar y nos reímos un rato. Pero las horas parecían interminables. El reloj indicaba 2:30 cuando le pedí al mozo la cuenta. Pagué y nos fuimos para casa de nuevo. Allí nos subimos al auto y nos pusimos en marcha hacia aquel lugar que estuvimos esperando tanto tiempo para ir. El tráfico era tal que llegamos al Bajo alrededor de las 3:15. Al llegar ya había bastante gente, y todas con el mismo gesto en sus caras. Pareciera que la muerte pasara por sobre sus cabezas. Allí me quedé en silencio por un rato pensando… “Que paradójica es la vida”- dije en voz alta, y luego seguí meditando para mi mismo- “Y sí porque, tantas veces deseamos salir de ese barrio y volver para nuestra casa. Pero ahora se nos hace imposible despedirnos de él así como así. Porque es imposible no haberle guardado cariño. En especial para mí, que tengo tantos recuerdos de momentos con mi padre en los tablones, y ahora todos esos recuerdos, se resumían en una foto o en nuestras simples mentes. Pero bueno, porque deprimirse si esto es lo que todos queríamos, volvemos a nuestra casa. A nuestra verdadera casa”Miré a mi hijo, lo tomé de la mano mientras una cuenta regresiva se empezaba a escuchar. Cuando miré a mi alrededor estaba colmado, no sabía de donde había salido tanta gente. Volví a concentrarme y mis oídos percibían un 11…10…9…8…7…6…5…4…3…2…1Cerré los ojos y un enorme silencio se presenció en todo el estadio. El ambiente estaba completamente enmudecido. Subí a Ezequiel a mis hombros. Y él más que nadie pudo observar como eso se convirtió en un mar de lágrimas. Creó que en mi vida había llorado tanto. En realidad ahora que lo pienso no se porqué se eligió ese día para hacer la demolición. Dado que hacía más de 5 años que el Gasómetro de la Av. La Plata se había vuelto a construir.”Y bueno queridísimo Juan, esa es la historia del 8 de mayo del 2024, día en que el Nuevo Gasómetro dejo de existir. Uy, este dolor de cadera me esta matando, menos mal que los 74 años no se notan…¿no? Ahí viene tu padre, hola Ezequiel, ¿Cómo te va? Que bueno que dejaste de laburar justo para el partido. “¿Laburar?, si hace como 20 años que venimos jugando los domingos, ¿de que laburo me hablás?” me respondió con una cómplice sonrisa.

FIN

Extraido de: www.mundoazulgrana.com.ar/foros

Escrito por: tommy_casla

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